miércoles, 6 de noviembre de 2013

FERNANDO GALLO MATÓ SU ÚLTIMO TORO

El señor Fernando.
Minuto
Javier Vellón remite el siguiente texto para su publicación:

Fernando Gómez ‘Gallo’, patriarca de la dinastía gallista, mató su último toro el 25 de octubre de 1896 en la plaza de toros de Barcelona. En aquella ocasión, el diestro mató el primer toro del festejo, que completaron otros seis ejemplares, lidiados por Guerra, Fuentes y Minuto. Como se puede observar en la crónica aparecida en La Vanguardia, los tres diestros colaboraron con el Gallo en su última faena en los ruedos.





Si en las demás plazas hacen lo que en esta, van a matar a el Gallo de puro gozo. Porque ayer, al salir a la arena, casi lloraba el agüelo, como algunos lo llaman, de emoción.

Fuentes
No era para menos, de no ser un desagradecido, porque no podía darse una despedida más entusiasta que la que le hacía Barcelona. Estaba la plaza de bote en bote y abundaban las mujeres hermosas que era una bendición de Dios.

Cuando lo vieron, al presentarse las cuadrillas en la arena, todos rompieron en aplausos que parecía no iban a tener fin y de todos los lados se saludaba al veterano diestro con frases de cariño. Pocos desfiles habrá que resulten como el de ayer y pocas corridas en las que el público muestre tanto entusiasmo.

Aún resonaban los aplausos cuando el presidente, que era el seño Galludo,  agitó el pañuelo y se dejó franca la salida a Regalón, el toro que había de matar Gallo y banderillear Guerrita solo. Es negro, de pocas libras y buena estampa.

Guerrita
Guerra, Fuentes y Minuto se encargan de la brega del bicho, la cual pueden ustedes figurarse cómo sería con tan buenos peones con los que actúa, como director, el Gallo.

Motins y Pimienta son los encargados de castigar a Regalón y lo hacen todo lo bien que saben, que es mucho.

Después pasa a la jurisdicción de Guerra, que actúa en aquel Consejo de ídem, de fiscal y que en su acusación, como si dijéramos, clava al procesado, es un decir, tres pares de banderillas de modo magistral.

Gallo brinda emocionadísimo por el presidente y por lo que le acompañan y por el público de Barcelona, del cual dice que no se olvidará nunca. Auxiliado por Guerrita, Fuentes y Minuto, pasa el bicho sereno y del modo incomparable que él sabe y suelta un pinchazo y luego una media estocada en su sitio. Oreja y ovación para Fernando.

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