domingo, 4 de diciembre de 2016

PERCANCE DE RAFAEL EN LA ALTERNATIVA DE RAFAELILLO

La cogida de Rafael.
El aficionado Manuel J. Pons aporta a este blog una foto firmada por Desfilis en la que se ve a Rafael El Gallo en un apurado trance. Sin más datos, y fruto de la observación, Pons afirma que corresponde a la tarde de la alternativa de Rafael Ponce 'Rafaelillo' en el coso de Valencia.

Tras bucear por las hemerotecas se confirma la afirmación dado que en 'La Voz' del 7 de octubre de 1.935, aparece un collage junto a la crónica del festejo que tuvo lugar el día anterior. En la parte inferior de la composición se reproduce parte de la instantánea.

Esta es la crónica de la infortunada actuación de nuestro Rafael y de la exitosa del pequeño diestro valenciano:

"VALENCIA 7 (9 m.).—Ayer se celebró en esta plaza, con un lleno imponente, el acontecimiento taurino más grande de la temporada. El hecho consistió en que Rafael Ponce (Rafaelillo) tomó la alternativa de manos del veterano Rafael el Gallo, figurando como testigo el valiente matador de toros El Soldado. El ganado, de D. Manuel Puente, cumplió en general, y otros fueran perdiendo la característica de bravura durante el desarrollo de la lidia, llegando al último tercio quedados, reservones y peligrosos. 

Primero.— Rafaelillo, una vez que preparan el toro los peones, labor de la que se encarga el banderillero David, mete cinco verónicas inmensas, colosales, que remata con media estatuaria. La ovación que se produce es estruendosa. En una caída al descubierto, Rafaelillo acude oportuno y artista, y se gana otra ovación de las de gala. También el viejo gitano hace un quite pinturero por navarras, que se aplaude, y El Soldado, otro enorme. (Ovación.) Al verificarse la ceremonia de la alternativa de Rafaelillo, y mientras su tocayo le entrega los trastos, el público prorrumpe en una nueva ovación. Rafael empieza la faena con dos ayudados por alto cerquísima, y con la muleta en la zurda cita al toro en corto y la adelanta pausadamente. En esta forma consigue sacar cuatro naturales imponentes, sobre todo el tercero, que fué un verdadero primor. Las ovaciones y los oles atruenan el espacio. A pesar de que suena la música, se oyen más las palmas y los rugidos de la multitud Continúa su faena ligando uno de pecho, dos de la firma y dos molinetes espeluznantes. Más entusiasmo. Vuelve a la carga Rafaelillo, y sobre la derecha gira en redonda, y de esta forma se pasa todo el toro por la faja. Señala un pinchazo soberbio. ( Ovación.) Más pases dominador y artista. Otro pinchazo mejor que el anterior arrancándole el toro la pechera, y por último, mete una estocada, de la que sale el toro rodando como una pelota. El entusiasmo de sus paisanos los valencianos es inenarrable. Le conceden las orejas y el rabo y da la vuelta al ruedo devolviendo prendas y recogiendo regalos. 

Segundo.—El Gallo da un lance de rodillas. Luego hace una faena movida y despegada. El toro le achucha, lo engancha por el muslo izquierdo y lo lanza contra el suelo. Al caer se corta con el estoque en la frente, y pasa a la enfermería. Coge los trastos El Soldado, y muletea cerca, para dos pinchazos y una desprendida. (Ovación.) 

Tercero.—El Soldado torea estupendamente de capa. Después hace un quite magnífico. Coge las banderillas, y coloca tres pares monumentales, a los acordes de la charanga. (Ovaciones estruendosas.) Con la muleta. El Soldado realiza una superior faena, para dos pinchazos y una entera. 

Cuarto.—El Gallo no lo quiere ni ver. Luego, con la muleta, sin dar un solo pase, arrea un golletazo, entrando de prisa. El espectáculo del pobre Rafael es verdaderamente lastimoso y deplorable. Se dedica a arrimarse a los tableros, viendo correr el reloj, y espirando impávido que pase el tiempo, hasta que, por fin, salen los mansos. ¡Para qué narrar los epítetos que a este pobre y anciano torero le dirigen los aficionados valencianos! 
Collage de 'La Voz'

Quinto.—El Soldado intenta torear de capa, y el toro se va. Luego hace un quite magnífico. También Rafaelillo realiza otro formidable. (Ovación.). El toro llega manso y difícil al final, y El Soldado comienza trasteando cerca. Sigue decidido, pero sin brillantez, para tres pinchazos. 

Sexto.—Rafaelillo sujeta al torito, que está muy huido, y le larga una serie de verónicas preciosas, rematadas con la clásica media belmontina. (Ovación.) Los rehileteros cumplen su cometido prontamente. . El de D. Juan Manuel llega, al final muy peligroso y tirando cornadas a diestro y siniestro, pero Rafaelillo no se arredra, y derrochando un valor y un arte con conciencia de torero caro, realiza una faena breve para sujetar y para terminarlo de media y un descabello. La ovación es estruendosa, y el público pasea en hombros a Rafaelillo. y así lo lleva hasta el Hotel Regina, donde se hospeda. Al terminar la corrida se comenta la actuación de Rafaelillo con estas frases: "¡Che, qué torero!" 

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